En un importante desarrollo que está a punto de materializarse, el Banco Europeo del Hidrógeno se encuentra al borde de convertirse en una realidad concreta. La Comisión Europea ha revelado los detalles fundamentales de lo que será la primera subasta de hidrógeno renovable en la Unión Europea, marcando un hito significativo en la búsqueda de fuentes de energía más limpias y sostenibles.
Este paso, que podría ser descrito como un claro desafío competitivo ante las ofertas de Estados Unidos, a través de su Ley de Infraestructura y Renovación (IRA), subraya el compromiso europeo con la revolución del hidrógeno.
La Comisión Europea tiene programada la celebración de la primera subasta piloto de hidrógeno renovable para el 23 de noviembre, con la esperanza de que la primera subasta oficial tenga lugar en el primer trimestre de 2024. Para respaldar estos ambiciosos esfuerzos, la Unión Europea está dispuesta a invertir alrededor de 800 millones de euros en proyectos de hidrógeno renovable en los 27 países miembros.
En este proceso, los desarrolladores presentarán sus propuestas para proyectos de producción de hidrógeno y deberán establecer un precio para su energía. Aquellos que ofrezcan precios más bajos recibirán un incentivo en forma de una prima fija durante un período de 10 años, basada en la cantidad de hidrógeno producido mediante fuentes de energía renovable.
La Unión Europea tiene previsto establecer un precio máximo de 4,5 euros por kilogramo de hidrógeno para algunos de los ganadores, siempre y cuando no se haya agotado previamente el fondo de 800 millones de euros.
La influencia de EEUU en la subasta de hidrógeno verde
Es importante destacar que esta cifra representa un aumento del 50% con respecto a la oferta estadounidense liderada por el presidente Joe Biden. A diferencia de Estados Unidos, en la Unión Europea, este logro no está garantizado y los beneficiarios potenciales deberán competir para alcanzar este umbral de precio.
El tiempo juega un papel crucial en esta competición, ya que los proyectos seleccionados deberán estar operativos en un plazo máximo de cinco años y estar verificados por la UE como productores de hidrógeno a partir de fuentes de energía renovable.
Adicionalmente, se requerirá que los participantes proporcionen garantías financieras para asegurar la finalización exitosa de sus proyectos, con el objetivo de prevenir cualquier especulación en el proceso de subasta.
Este emocionante desarrollo representa el primer paso hacia la creación del Banco Europeo del Hidrógeno, una de las iniciativas más destacadas dentro del marco del programa «Fit for 55» de la Unión Europea, que tiene como objetivo impulsar la transición hacia una economía más respetuosa con el medio ambiente y sostenible.