La auditoría de eficiencia energética para empresas es una actividad de gran importancia, sobre todo a nivel interno para reducir costes y optimizar sistemas. Considerando el coste de la energía, ya no es sólo una buena idea, sino que se ha convertido en una necesidad.
Una auditoría de eficiencia energética es un estudio y análisis de los flujos de energía en un edificio, industria, proceso o sistema. Su finalidad fundamental es la reducción de consumos y, alcanzar un importante ahorro energético y económico.
Esta herramienta de eficiencia energética es más relevante en la industria, ya que suele emplear más energía. Sin embargo, también se aplica en comercios y viviendas. Esta pequeña inversión genera ahorros continuos, ya que el consumo de energía es imprescindible en todos los procesos de fabricación, incluso en la vida habitual.
¿Qué es una auditoría de eficiencia energética para empresas?
Una auditoría energética es un análisis de todos los sistemas energéticos de una fábrica, un edificio, una comunidad de propietarios o una casa unifamiliar, para identificar mejoras y recomendar las medidas más eficaces en cada caso para ahorrar energía.
El objetivo de una auditoría de eficiencia energética en empresas es conseguir los datos necesarios para detectar los factores que afectan negativamente al consumo energético. Esto se aplica en todas las instalaciones, es decir, el edificio, las oficinas, los almacenes,… Se identifican los focos de gasto energético elevado, y se recomiendan las medidas oportunas para reducir el consumo de energía.
También se ajusta el consumo de electricidad a las necesidades reales de las instalaciones a sus trabajadores. Sin olvidarnos de implementar medidas para evitar pérdidas innecesarias de energía, suelen ser las estrategias más comunes.
El procedimiento a seguir en una auditoría de eficiencia energética
En una pequeña empresa la auditoria es más fácil. Normalmente hay una persona que domina todos los procesos y las consecuencias de alterar uno de ellos. Por eso, las medidas de implementación son más seguras y se amortizan con mayor rapidez. Por eso, una buena opción es formar al personal interno para realizar esta actividad de forma anual sin incrementar el coste de operación de la empresa.
El proceso genérico de una auditoría energética sigue los siguientes pasos:
✅ Elaboración de un documento preliminar, en el que consten los datos del edificio, los objetivos de la auditoría y el timing de las acciones a realizar.
✅ Gestión de la Certificación Energética
✅ Identificación constructiva del edificio según los criterios del Código Técnico de Edificación (CTE), y análisis de sus elementos constructivos.
✅ Inspección de la instalación energética: inventario, descripción, ubicación, consumo y coste económico actuales. Deben basarse en datos operativos recientes.
✅ Consulta con los responsables del mantenimiento de las instalaciones energéticas para conocer su mantenimiento y funcionamiento.
✅ Listado de propuestas de mejora en base a las inspecciones realizadas
✅ Redacción de un informe final, detallando todos los resultados y propuestas de mejora.
Más aspectos a incluir
Antes de lanzarse a realizar la auditoría de eficiencia energética es conveniente trazar una estrategia para lograr los objetivos más importantes para la empresa. En los objetivos parciales se debe tratar de:
✅ Aplicar soluciones innovadoras con resultados medibles como la colocación de tejas solares.
✅ Buscar ahorros de energía considerables:
✅ Superar el 25% de ahorro energético en edificios ya existentes.
✅ Aplicar los criterios de sostenibilidad basados en los objetivos de Kioto para los nuevos edificios.
✅ Lograr una reducción de los costes operativos.
✅ Usar recomendaciones para cumplir la normativa y aumentar el valor de sus bienes.
✅ Reforzar su estrategia de responsabilidad social corporativa.
✅ Ahorrar energía sin exceder un presupuesto predefinido.
¿Quién puede realizar la auditoría de eficiencia energética?
Cada empresa conoce sus características y los recursos disponibles. Sin embargo, lo más habitual es que la auditoría energética la realice el personal propio de la empresa. Para ello, lo más sencillo es realizar un curso de eficiencia energetica
Si se trata de una gran empresa, el trabajo es mayor. Normalmente, lo realiza primero un técnico de la empresa con formación especializda, com oel curso anterior. Posteriormente, lo certifica una entidad externa y autorizada. Algunos ejemplos de empresas, que realizan estos servicios son: Ness o Gesvalt.
Todas ellas tienen en sus plantillas más de un auditor energético que realice el trabajo y proponga las medidas de ahorro energético.
La auditoría de eficiencia energética en empresas grandes
Sólo las grandes empresas, es decir, aquellas compañías con un número de empleados mayor de 250 o con un volumen de negocio superior a 50 millones de euros están obligadas a realizar una auditoría energética. Sin embargo, hay muchas microempresas y pequeñas empresas que lo están haciendo ¿por qué?.
Sin lugar a dudas, porque es una buena inversión.
Este tipo de auditoría no deben entenderse como un gasto. A pesar que en el corto plazo requieren un pago, la implantación de las mejoras detectadas en la auditoría energética se traduce en importantes ahorros a medio plazo y aumenta la competitividad en el largo plazo. Diversos estudios afirman que se pueden lograr ahorros energéticos permanentes de entre el 10 y el 15% de la factura energética previa a la auditoría.
La sanción por no realizarlo
Las grandes empresas lo conocen bien, pero la mayor multa es la perdida de competitividad para cualquier pequeña empresa o incluso autónomos. El precio de la luz está disparado y se requieren nuevas alternativas. Lo mejor que ofrece la auditoria energetica a una empresa es la información para mejorar su consumo energético. Las conclusiones de la auditoria energetica reflejan las medidas para mejorar.
Como decíamos anteriormente, las empresas obligadas por ley a presentar sus auditorias energéticas, se arriesgan a ser sancionadas según lo dispuesto en Ley 18/2014. En cuyo caso, pueden recibir una infracción de carácter “muy grave”, sancionada con multa de hasta 60.000€.
¿Merece la pena una auditoria de eficiencia energetica?
Por supuesto que sí. La inversión a realizar para conseguir una auditoría energética es irrisoria. En las empresas, el gasto necesario apenas supone nada y se recupera en un corto espacio de tiempo. Más aún cuando el posterior ahorro económico va a favorecer la propia competitividad de la empresa.
En viviendas tampoco es representativo. Imaginemos el caso de una comunidad de vecinos, dividir el coste de la auditoría energética entre todas las viviendas que conforman la comunidad supone una parte tan pequeña como irse una tarde a tomar unas cañas y unas tapas.
Tras el estudio energético viene un plan de ahorro de energía. En este se expone la aplicación de las medidas, que es donde se logran los ahorros. El coste de la auditoría energética queda amortizado, en general, con los ahorros resultantes de los seis primeros meses a partir de la puesta en funcionamiento de las medidas energéticas.
Las medidas propuestas en este tipo de estudios son muy diversas. Desde pequeñas acciones sin coste hasta otras donde surge la necesidad de invertir para su implementación. Las medidas propuestas se ajustan a las necesidades y recursos de los clientes que lo contratan.